Por Jesús Rivera
Reynosa, Tamaulipas. Con las lluvias torrenciales como las que se presentaron ayer y la madrugada de hoy, no solo aparecen los encharcamientos, sino también una muy marcada falta de cultura cívica
Tirar basura en calles y alcantarillas se ha vuelto una costumbre arraigada.
En Reynosa cada vez llueve menos, pero la gran cantidad de agua que se acumula con las tormentas hace imposible que exista la capacidad del sistema de drenaje pluvial y alcantarillado para desalojar los excesos de agua.
En las redes sociales abundan las críticas, pero poco abonan a las soluciones.
Cuando llueve fuerte, lo más fácil es quitar una tapa del drenaje sanitario para que se vaya el agua, pero también se va todo tipo de basura. A la vuelta de los días empiezan a surgir las aguas negras porque los ductos están tapados.
En las cuentas de Facebook y COMAPA se observa la labor que realizan trabajadores del organismo y de Servicios Primarias.
Montañas de desechos sólidos que la misma ciudadanía se ha empeñado en arrojar a las calles, en patios baldíos y en basureros clandestinos.
Las lluvias, por otro lado, representan un respiro de alivio para los agricultores de la región, en momentos en que el estrés hídrico se agudiza.