Hoy será una jornada electoral inédita.
A las 8:00 de la mañana se tiene programada la apertura de casillas.
Pocos ciudadanos acudirán a las urnas porque los miles de candidatos no pudieron prender el ánimo de la población.
A lo largo de las campañas vimos a los aspirantes a jueces, magistrados y ministros aliarse con facciones políticas para así poder aspirar a conseguir votos.
Se les vio en las calles repartiendo volantes, en actos privados, mostrando el rompecabezas de cómo se podrá votar o en eventos públicos, invitados por universidades.
Los jueces aprendiendo a ser políticos.
No faltan los candidatos que, muy veladamente o sin velar, fueron promovidos por el crimen organizado. De todo se vale con tal de conservar las jugosas canonjías que tienen como juzgadores o bien, conseguirlas, aquellos que aún están fuera del Poder Judicial.
Porque tan solo en el año 2024, el presupuesto para ese Poder fue de 78 mil, 2327 millones de pesos repartidos entre unos 53 mil trabajadores,
Según Milenio, el que se llevó la tajada del león fue el Consejo de la Judicatura Federal, encargada de la vigilancia y disciplina de jueces y magistrados federales, con la friolera de 68 mil, 917 millones de pesos, en tanto que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación recibió 3 mil, 622 millones de pesos y la Suprema Corte 5 mil, 787 millones.
A mediados de ese año un Ministro recibía como sueldo mensual neto la cantidad de 206,948 pesos, un Consejero de la Judicatura Federal 204,923 pesos, un Magistrado, 152,531 pesos, un Juez de Distrito 139,210 pesos, un Secretario General de Acuerdos 127,420, un Secretario General de la Presidencia, 127,420 pesos, etcétera, etcétera. Eso, sin contar prestaciones, dietas, aguinaldos, pago de vehículos, ayudantes, escoltas, atención médica y todo lo inherente al cargo.
Eso es lo que está en juego. Trabajos muy bien pagados, pero además, la alianza con políticos y con el crimen organizado deja el proyecto del nuevo Poder Judicial por los suelos.
Mucho se habla de la corrupción actual del sistema judicial, y es muy cierto. Jueces, magistrados y ministros que tenían hasta la “chacha” en la nómina, venta de la justicia al mejor postor, alianzas con criminales y otras lindezas más.
Pero no todo estaba podrido. Hay jueces intachables, pero son el prietito en el arroz.
Sí. Es necesario un cambio drástico en el sistema de impartición de justicia, pero esos cambios debieron orientarse hacia castigos ejemplares contra los malos juzgadores. Así, las arcas de la Federación pudieron ahorrarse miles de millones de pesos en organizar una elección que no interesa a nadie, más que a los promotores, los que están actualmente en el poder.
De esa manera, vemos como se prepara una elección de estado. El partido gobernante, entregando “acordeones” para que la gente sepa como votar. Y cómo debe votar por los candidatos que le son afines.
De esa manera se garantiza que finalmente el Poder Judicial quedará bajo el control del Presidente y de esa manera, se completa la fórmula perfecta para una dictadura en ciernes.
Sea cual sea la cantidad de sufragios, pocos o muchos, el resultado ya está dicho: Bienvenida la nueva República Socialista Mexicana.

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