Por Jesús Rivera
Reynosa, Tamaulipas. El 13 de mayo de 1977, los habitantes de la entonces tranquila ciudad de Reynosa se disponían a descansar.
Eran alrededor de las 9:30 de la noche cuando se escuchó la primera explosión, y poco después, una segunda que cimbró la tierra e iluminó el cielo.
Según la crónica del reportero de nota roja de El Mañana, Guillermo Rosales, el entonces alcalde de la ciudad, Romeo Flores Salinas estuvo en todo momento exhortando a la ciudadanía para que conservaran la calma, asegurando que no existía peligro para la población puesto que el incendio era únicamente en la Planta de Absorción de la Refinería y no se propagaría más.
De todas maneras, el incidente provocó pánico en la población y se hizo necesario el apoyo de bomberos de poblaciones vecinas, como Río Bravo y McAllen, ya que los locales no se daban abasto para controlar el incendio.
Miles intentaron huir de Reynosa por los bulevares, pero ocurrieron enormes atascos, choques y hasta infantes perdidos.
En la Zona Centro, las familias corrieron rumbo al bordo del río Bravo, temerosas de que el incendio se propagara.
De ahí se veía la enorme columna de humo provocada por el ígneo elemento, mientras el resplandor iluminaba tétricamente las botellas y torres de condensación.
Los bomberos estuvieron luchando denonadamente durante horas que se hacían eternas, y la mañana del 14 de mayo de ese año, entre cenizas y escombros, finalmente el incendio pudo controlarse.
En ocasión de un aniversario más de ese incidente, usuarios de las redes sociales rescataron recortes de periódicos y los publicaron en sus redes sociales.
Una situación similar ocurrió el 18 de septiembre del 2012, cuando una fuga de gas provocó una explosión en el Complejo Procesador de Gas Burgos, ubicado a la altura del kilómetro 19 de la carretera Reynosa a Monterrey

