Por Jesús Rivera
Reynosa, Tamaulipas. Tras quince días, maquinaria de la CNA pusieron mano en el socavón que se abrió después de las fuertes tormentas del pasado 27 de marzo en el bordo de contención del río Bravo, frente a la colonia Chapultepec.
La zanja ocurrió por el reblandecimiento del suelo, no por la creciente del río, según técnicos que asisten en esta obra.
Hasta el día de ayer se había colocado en el borde del socavón una cantidad de tierra, que será utilizada para reponer lo que se llevó la corriente de agua.
La fuerza de la tormenta abrió una brecha de aproximadamente tres metros de ancho por cinco de profundidad, empezando en el resumidero que había sobre el libramiento Echeverría, entre la colonia Chapultepec y el bordo.
Dicho resumidero servía para desalojar las aguas que se acumulan durante las lluvias torrenciales, precisamente en ese punto.
En los últimos años, dos hombres fallecieron en ese lugar al querer limpiar la basura que impedía el libre flujo del agua. La fuerza de la succión los atrapó y quedaron atorados entre basura y rama, sin poder hacer nada.
A la fecha, se ven la entrada y salida del sifón, así como tramos de los ductos que las conectaban.
Las máquinas trabajaban ayer para hacer la preparación del bordo y reponer ese elemento, vital para que el agua se canalice al río.
En el lado norte del bordo, la zanja divide la vialidad que conecta el libramiento con el carril SENTRI del puente internacional Reynosa-Hidalgo.
Precisamente en ese lugar se ha colocado el montón de tierra que deberá compactarse, una vez reconstruido el resumidero, para hacer la reparación de la carpeta asfáltica.

