Lotería Política

Lotería Política

Por Isael Castillo

Corre y se va corriendo con….

EL SOL. En ocasiones a todos nos suele ocurrir que el automóvil se descompone, ese fue mi caso en este inicio de semana, lunes. Quise encender el coche y sucedió algo muy raro porque manejo desde 1989 a la fecha y nunca un carro se me había “fundido”, sí, así como se lee. Subí, puse la llave, di vuelta a la misma y simplemente no encendió, ni un foquito se encendió, así nada más, se “fundió”. Por un momento me dió coraje y me “agüite” porque no tenía uno de los instrumentos de trabajo y de necesidad en caso de alguna emergencia. Pero bueno, ya nada podía hacer en el momento, solo hablarle a un mecánico conocido y de confianza.

EL NEGRITO. “Pos” ya que… No conozco mucho de mecánica, solo lo necesario para solucionar lo inmediato como un cambio de llanta, aceite, clutch, bobinas, antifreez y quizá alguna compostura menor ya que algún tiempo trabajé en Pemex en el área de carburación y había que entrarle a todo para salir adelante; tiempo atrás, a inicio de los años 90’s, laboré en motores diésel como ayudante y trabajos muy menores, eso me enseñó a perder el miedo a los motores, pero, aclaro, no soy ningún experto y solo “le entro” a lo práctico, fácil y que cualquiera podría hacer, no en esta ocasión en qué el coche por un corto o por un fusible tuvo falla en el sistema eléctrico.

EL MÚSICO. Sin “chistar” ni hacer drama por por la falla en el automóvil simplemente caminé unas cuantas cuadras y tomé la pesera, La Cañada, que me dejaría a media cuadra de donde vivo. Cuál fue mi sorpresa que al subir escuché música en las bocinas del transporte público, nada raro porque el 99 por ciento de los chóferes de microbús llevan encendidos sus estéreos, las más de las veces con alto o muy alto volumen y las más de las veces con reggaeton de Bad Bunny o “cumbiones” en los cuales no falta alguno de los usuarios que van al ritmo de las melodías tocando un invisible piano (sobre todo cuando se oye Cómo te voy a olvidar de los Ángeles Azules). En esta ruta de La Cañada está no era la situación, llevaba un ambiente de los 80’s y algo de música disco.

LA ESTRELLA. El chófer y dos de los pasajeros eran como de mi edad, en los cincuenta y tantos, mismos que, seguro estoy, nos transportamos a los años 70’s y 80’s con esta música que a muchos nos regresó a aquellos tiempos, pero en el camino hubo otros hechos que hicieron de este viaje algo singular. En calle Aldama con Bravo de la Zona Centro se escuchaba We are the champions y luego la Rapsodia bohemia; le siguió los Bee Gees con Stayin’ alive, luego Abba con Dancing queen, continuó Patrick Hernandez con Born to be alive, luego Boney M y los Ríos de Babilonia y la ruta terminó, para mí, con KC & The sunshine band y su I like it en la bajada del CONALEP. En esta media hora de ruta uno de los cincuentones, que podía pensarse es “rebelde” por la camiseta rocanrolera en color negro, cabello largo con cola de caballo, gorra negra, iba moviendo la cabeza al ritmo de la música; en el las afueras banco de Bienestar, ubicado en el DIF Reynosa, dos adolescentes jugaban a Las Palmaditas ¡y no estaban como la mayoría en un celular! De pronto ví varios carros viejos, personas caminando; dió la impresión de un breve viaje al pasado.

POLÍTICA PROFUNDA… El momento fue roto por otro pasajero y su WhatsApp; con las redes sociales la vida cambió a un tiempo en que las vivencias y anécdotas son digitales.

(Foto de Camiones Chidos De Reynosa)

LA CHALUPA ¡Y buenas!

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