Por Jesús Rivera
Ciudad de México. Por la avenida Benito Juárez, frente al Museo de Memoria y Tolerancia, frente a la Alameda Central, un grupo de jóvenes sentados en la acera, detrás de una larga manta con la leyenda “Hijas de la cannabis”, fuman mariguana mientras tosen intermitentemente.
Es el único lugar público donde se puede fumar mota sin ser molestados. A unos cuantos metros hay unos policías que miran indiferentes.
Tomo la foto y dos más. Estas últimas, de unos puestos callejeros que comercializan pipas e implementos para fumar, así como folletería y libros dedicados a este vegetal.
Procedo a retirarme, pero un joven de pelo rubio, delgado, de no más de 17 años me abordó con habla chilanga:
-¿Podría borrar las fotos?
Las palabras me toman por sorpresa, ya que se trata de un lugar público. Sin embargo, procedo a hacer lo que me pidió el joven. Revisó la primera que tomé y me dejó conservarla. Solo me pidió borrar las de los localitos.
-También borre las que se quedaron en la papelera, jefe-me replicó.
Hice como si fuera a borrarlas, pero el imberbe me pidió el teléfono y empezó a hacer la búsqueda.
-Soy periodista-le dije. Por eso tomé las fotos.
-Pues si es periodista, debería estar más abusado con la tecnología.
Dos o tres movimientos después, localizó las fotos y procedió a eliminarlas.
EMPODERADOS
Grupos como este están muy empoderados hoy en día en la Ciudad de México.
Tanto, que la exigencia de borrar unas fotos que deben ser públicas podría recibir la reprimenda de la autoridad, debido a la presión que ejercen tales agrupaciones.
“Las Hijas de la Cannabis” se definen como una colectiva -no un colectivo- que ejerce su derecho de fumar marihuana.
En el lugar donde se encuentran no se permiten drogas diferentes a la cannabis.
Han realizado diferentes autoridades, como un concierto el pasado 2 de febrero fuera del Museo de Memoria y Tolerancia.
Para el 25 de abril de este año, tienen planeado hacer otra tocada frente al Hemiciclo a Juárez, de las 2:30 a las 6:30 de la tarde.
Quienes pasan por frente de ellos ya ni se inmutan.
A pear de que despiden una densa capa de humo al estar fumando en la vía pública, la bandera de la tolerancia campea triunfante y hasta la policía protege sus derechos de fumar mota.