La Lotería

La Lotería

Por Isael Castillo

Corre y se va corriendo con…
EL MUNDO. Es cierto que las ‘redes interconectadas’ (Internet) fue un facilitador del trabajo, lo recuerdo por el año 1996 con el módem, aparato que me hacía pasar corajes porque al entrar una llamada se interrumpía Internet; el módem desplazó en aquellos tiempos al fax, otro aparato de la incipiente tecnología telefónica cuyas hojas (por lo regular y normal) tamaño carta eran escritas con los dedos índices en las teclas de la máquina de escribir Corona u Olivetti, usando el corrector en los errores. Fue un período, por decirlo así, romántico del periodismo, que se complementaba en las redacciones, en las cuales se alcanzaba a oler la tinta y escuchar el “tac tac tac” de las rotativas que imprimían las notas que uno recién escribió.
EL GALLO. Eran tiempos de la constante lucha por la nota exclusiva. Buscar, investigar, preguntar hasta dar con la mejor nota del día era la constante de todos los compañeros. En su gran mayoría, cada uno de los compañeros se distingue por una o varias notas exclusivas que los encumbraron como buenos periodistas, mismos compañeros que hoy día siguen en la lucha periodística ya como reporteros, como columnistas, independientes con portal internet y redes sociales o al frente como directores de los medios de información para los cuales algún tiempo, en la juventud, trabajamos; otros más que además de periodistas dedican (muchas) horas a la pluma y teclado para llenar hojas hasta completar libros, siendo hoy escritores, como Luciano Campos, ex corresponsal de Proceso.
EL CATRÍN. ¿Qué porqué escribo esto? Antes de mencionarlo, diré que utilice la carta de El Catrín porque así me llama el periodista Jesús Rivera, quien escribe, escribe y escribe. Bien, esta semana la columna “Lotería Política” que a pesar de no ser un espacio tan continúo o diario, cambia a tan solo “La Lotería” porque la realidad social no solo es la política y porque al paso de los años las cosas simples de la vida toman notoriedad y una importancia tal, que en ella n o caben los políticos ni sus políticas. Si bien este espacio también asume el comentario político, que es un mal y un bien necesarios, también implica la cotidianidad, en donde lo que parece simple tiene a su vez grado de profundidad que motiva la reflexión, como las máquinas de escribir, el fax, módem, Internet y hoy la codiciada inteligencia artificial.
EL SOL. En las últimas cinco semanas seguí los burdos pleitos de las redes sociales, básicamente del Facebook, leyendo los chismes, groserías y otras vanas simplezas que además de quitarme el tiempo (que jamás regresa) hasta que apareció la luz de los libros y el interés por hacer pequeños cuentos y, ¿por qué no?, quizá alguna novela. Solo basta que usted piense en algún tema para que la vida misma (impulsada desde el subconsciente) empiece a trabajar, de tal manera que en mis manos cayeron varios libros por parte del escritor y guionista Damián González, entre ellos rimas y leyendas de Gustavo Adolfo Bécquer, La vuelta al día en ochenta mundos tomo 1 de Julio Cortázar y Viajes de Marco Polo. En esta transición de “Lotería Política” a “La Lotería” la política y lo cotidiano de la realidad social tienen cabida y si, si era necesario empezar por la máquina de escribir que en mi caso fue la pesada Olivetti.
LA CHALUPA… ¡Y buenas!

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