Hermelinda García Barrera: Café, agua y miel

Hermelinda García Barrera: Café, agua y miel

Por Jesús Rivera

Reynosa, Tamaulipas. Hermelinda García Barrera, pionera de las mujeres periodistas de Reynosa, de alguna manera trazó el camino para que muchas otras siguieran el sufrido, abnegado y a veces mal pagado oficio del periodismo.

Hoy fue cremada en Inhumaciones Español, tras su fallecimiento a causa de un infarto cerebral que la mantuvo casi en estado vegetal durante varias semanas.

No obstante, durante su sepelio, minutos antes de despedirla, familiares y amigos le brindaron una “lluvia de aplausos”, que consiste en chocar primero los dos dedos índices, luego dos dedos de cada mano, luego tres, cuatro, hasta completar la palma completa con una estruendosa ovación.

Pero antes, inspirado por el gran cariño que siempre le tuvo a su tía Mali, su sobrino Jaime Santos García dirigió un discurso plagado de figuras simbólicas.

Por ejemplo, narró aquella ocasión en que, siendo aún niños, él y sus hermanos pidieron que les hiciera unos hot cakes.

Resulta que ese día no había miel en su casa, así que salió por unos momentos y regresó con un frasco de “el osito”, vertiendo el dulce líquido en los panecillos.

Solo hasta después se enteraron que ese día, Hermelinda había gastado lo poco que tenía para darles a ellos la miel

En otra ocasión, les dijo que les iba a preparar unos “huevos con agua”. Los huevos con agua se preparan con una salsilla a base de tomate, cilantro y pimienta, pero aquel frugal alimento siempre les supo tan delicioso, que ella se ufanaba de tener una receta secreta.

Tras mucha insistencia, Jaime logró sacarle su más preciado secreto. Resulta que al estarse cociendo los huevos con el caldillo de tomate, Hermelinda tomaba la jarra de la cafetera con agua caliente y vería un poco, en los huevos. Esa era su receta secreta.

Había ocasiones en que pedía a sus sobrinos, a su hija o a sus hermanas que le prepararan un café.

Cuando lo recibía, siempre les decía que era el mejor café del mundo, pero resulta que lo mismo les decía a todos.

Fue Hermelinda una persona tan generosa en vida, que se quitaba lo que tenía en la boca para ofrecerlo a los demás, o como dijo Jaime, endulzaba nuestra vida con miel, nos hacía partícipes de las cosas más sencillas que la rodeaban, como unos simples “huevos con agua” y hacía de cada café el mejor del mundo, precisamente por eso, porque era el café que se estaba tomando ese día. Nada más.

Retirada del ámbito periodístico desde hacía varios años, sus compañeros de oficio la apreciaban porque siempre tenía un consejo, una opinión que dar, sin pedir nada a cambio.

Que descanse en paz.

(En la foto, con el cantante Cornelio Reyna).

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