Por Jesús Rivera
Reynosa, Tamaulipas. Mientras que en el Atlántico solamente se ha formado un sistema tormentoso en lo que va de la Temporada de Huracanes (del 1 de junio al 30 de noviembre), en el Pacífico la actividad ha sido mayor, y al momento van 4 depresiones, de las cuales una se disipó y tres permanecen con potencial de desarrollo ciclónico.
Se vigilan tres sistemas en el litoral del Pacífico mexicano. Dos de ellos tienen entre el 40 y el 60% de probabilidad de convertirse en tormenta tropical en un lapso de 7 días, y el tercero, empieza a tomar forma muy cerca.
Esto hace temer lo que en Meteorología se conoce como Efecto Fujiwhara, es decir, cuando dos o más vórtices ciclónicos cercanos se mueven cerca de un punto en común y tienden a acortar su distancia.
“El Efecto Fujiwhara es un fenómeno de interacción binaria entre dos ciclones tropicales (huracanes, tifones o tormentas tropicales) que se encuentran a una distancia suficiente para influir mutuamente en sus trayectorias y estructuras”-según la definición de CONAGUA.
Son muy escasos los casos que ha habido de este fenómeno, sin embargo, cuando se juntan las fuerzas de dos sistemas ciclónicos, lo más probable es que se incremente la fuerza de los vientos y la altura de las marejadas, al combinarse dos de ellos, o en este caso, tres.
El trío de disturbios se dirigen hacia el noreste. Las proyecciones estiman que al menos uno de ellos podría tocar las costas mexicanas en el transcurso de la próxima semana.
ANTICICLONES Y EFECTO CORIOLIS
El Servicio Meteorológico nacional advierte sobre la presencia de un sistema de baja presión con potencial ciclónico o posible ciclón tropical cerca de la costa del Pacífico, canales de baja presión y línea seca con corriente en chorro subtropical y circulación anticiclónica en el norte.
Este último fenómeno producirá días de intenso calor, con poca probabilidad de lluvias en la región norte de Tamaulipas.
En términos generales, los anticiclones son masas de aire relativamente frescas que se mueven en la atmósfera procedentes del noroeste e interactúan con las zonas de baja presión, deteniendo o desviando el avance de sistemas ciclónicos, de ahí su nombre.
Mientras tanto, el efecto Coriolis, producido por la rotación de la Tierra influye en las trayectorias de los huracanes, tanto en el Pacífico como en el Atlántico.
En esta vertiente, la del Atlántico, se ha observado históricamente una tendencia de impactar en la parte de Sudamérica y el sur de la República Mexicana durante los meses de julio y primeras dos semanas de agosto.
Conforme avanza el tiempo, la trayectoria es más hacia el norte.
Para la región centro y sur de Tamaulipas es especialmente peligroso el lapso de tiempo que va desde los primeros de agosto hasta finales de Septiembre.
Entre la última semana de Septiembre y el mes de noviembre, los huracanes y tormentas chocan con los anticiclones, formados por los primeros vientos frescos del norte y se desvían hacia el sur de Texas, Louisina y Florida.


