Columnista Invitado

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No fue caída, fue ejecución política

Por Gustavo Bustos

Algo se rompió en Morena… y ya no lo pueden ocultar.

Hoy, Adán Augusto López renunció a la coordinación del Grupo Parlamentario de Morena en el Senado. No fue una decisión voluntaria. Tampoco fue un castigo oficial. Fue una ejecución política, disfrazada de institucionalidad.

En su carta, Adán no acusa directamente, pero lanza señales claras:

Está siendo presionado desde dentro.

Lo están sacando del juego.

Lo hacen para proteger intereses que ya no son los mismos que fundaron el movimiento.

Dice que no tiene nada que ocultar. Que confía en el Estado. Pero advierte con firmeza:

“He sentido presiones indebidas.”

“La transformación no puede construirse con exclusiones.”

“El pueblo sabe quién es quién. La verdad siempre sale a la luz.”

No habla desde la derrota, habla desde el fuego cruzado.

No es una renuncia. Es un repliegue.

Porque la Cuarta Transformación ya no es la misma… y algunos están pagando el precio de decirlo.

Mientras tanto, en Tamaulipas, muchos operadores locales quedan expuestos.

¿Quién protege ahora a los que construyeron su carrera bajo el cobijo de Adán?

¿Quién da la cara por Olga Sosa y J.R.?

¿Quién moverá las piezas en su defensa cuando el tablero ya cambió?

La purga ha comenzado.

Y como siempre, el pueblo observa. El pueblo no olvida.

¿Esto fortalece o debilita al movimiento?

¿Es justicia, estrategia… o traición?

#NOTA “Aunque aún no hay confirmación oficial sobre la autenticidad del documento, su contenido ha generado reacciones que revelan la fragilidad interna en Morena.” ,

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