AL VUELO-Violencia

AL VUELO-Violencia

Por Pegaso

La teoría de la violencia y el caso de alumnos del CETIS 78 de Altamira.
No soy especialista pero sé que desde mucho antes de que los ancestros del Hombre pudieran organizarse en primitivas sociedades, había algunos individuos que “descubrieron” los beneficios de la violencia.
Uno solo puede hacer muy poco. Tal vez cometa algunos hurtos, pero finalmente será sometido y castigado. Entre los humanos primitivos, la pena era la muerte.
Entonces, a alguien se le ocurrió la brillante idea de juntarse con otros igualmente desadaptados para formar una pandilla, cuyos miembros cumplían ciertas funciones: El que ejecutaba la acción y era el cerebro del grupo, el que le echaba aguas, el fortachón que proporcionaba seguridad y el taimado.
Este último se encargaba de infiltrarse entre las posibles víctimas para estar al tanto de sus movimientos, del sitio donde se guardaban las riquezas y de la logística de escape.
Pronto las pandillas evolucionaron y se convirtieron en mafias. Actualmente funcionan en todo el mundo. Caso concreto, La Cosa Nostra de Italia, Las Tríadas de China, Los Yakuza de Japón, La Mafia Rusa, La Camorra en Nápoles, La Mara Salvatrucha en Centroamérica, los cárteles en Colombia y México.
Aquella primitiva forma de tomar lo que no es tuyo, de dañar a los demás para beneficio propio y de asesinar a quien se oponga, está ahora más vigente que nunca, vivita y coleando.
El uso de la fuerza y las armas resulta ser muy eficiente para lograr tales propósitos. Se supone que por eso precisamente se crearon los primeros cuerpos policíacos y ejércitos, para contener a esos enemigos de la sociedad. Pero hasta ahora no nos hemos podido sacudir esas lacras, porque otra característica que tienen es la de corromper a los gobernantes e instituciones encargados de combatirlos.
Ahora bien. Las mafias se nutren de nuevos reclutas. Si no lo hicieran así, terminarían por desaparecer. Esos nuevos reclutas son los jóvenes, a los que seducen y engañan prometiendo una vida de lujos y placer.
Lo que no les dicen es que, en promedio, quienes deciden formar parte de las mafias duran vivos apenas unos cinco años.
Es por eso que llamó mi atención el incidente del CETIS 78 de Altamira, donde el Director del plantel casi fue linchado por alumnos debido a que este se propasaba con algunas de las jovencitas. Cansados de denunciar y no obtener respuesta de las autoridades, decidieron hacer justicia por su propia mano y sacaron de su oficina al directivo escolar, le dieron sus cachetadas guajoloteras y patadas en las donas hasta que este fue rescatado por policías.
¿Las cosas tienen que llegar hasta la violencia para que se tomen las medidas necesarias? ¿Es preciso sacar nuestro instinto más primitivo y como dice la teoría de la violencia, actuar en grupo para lograr nuestro objetivo? ¿Eso están aprendiendo las nuevas generaciones?
Si se permite que el ejemplo cunda, de aquí en adelante tendremos un polvorín en cada escuela, porque situaciones como esas son más comunes de lo que se cree.
El grupúsculo de estudiantes que participaron en la golpiza están listos para ser la próxima camada de reclutas del crimen organizado. Ya están agarrando experiencia. Ya saben que actuando como pandilla lograrán lo que quieran. Aunque en este caso el objetivo fue castigar a un director que se sobrepasaba con las alumnas, no podemos dejar que regrese a nuestra sociedad la ley de la selva.
Por eso existen instituciones, por eso las redes sociales son ahora tan importantes. En lugar de utilizar la violencia contra el mal maestro, ahí está la tecnología que ha cambiando la forma en que nos relacionamos los seres humanos.
Ahí tenemos a los jóvenes de la llamada “Generación Z” que protestaron y derrocaron al gobierno de Bangladesh porque pretendían quitarles las redes sociales.
Una advertencia para otros gobiernos porque los chavos empiezan a tomarle el gusto a ese tipo de acciones que, en teoría, tienen el mismo fundamento y función de las pandillas de neandertales y de las mafias actuales.
Viene el refrán estilo Pegaso: “Proporcionando y proporcionando, avecilla zurcando el aire”. (Dando y dando, pajarito volando).

Comentarios

Aún no hay comentarios. ¿Por qué no comienzas el debate?

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *