Por Pegaso
Como para toda acción hay una reacción, ahora han salido mujeres defendiendo la postura de “El Chicharito” Hernández, futbolista de Las Chivas Rayadas del Guadalajara, quien “ofendió” a las féminas mexicanas diciéndoles que se vayan a la cocina, que aprendan a respetar la masculinidad y que no teman ser lideradas por un hombre, entre otras muchas frases calificadas de misóginas y machistas.
La indignación fue tal, que el pobre “Chícharo” ya se quedó prácticamente sin chamba: El Club Guadalajara ya no renovará su contrato para la próxima temporada y las marcas deportivas le retiraron su apoyo.
Todo esto por decir lo que dijo.
Este caso aviva la controversia sobre la libertad de expresión y sus límites.
El movimiento de mujeres que reconocen verdad en las palabras del futbolista, aunque no en la forma en que las dijo, plantean lo siguiente:
1.- Muchas mujeres ultrafeministas (feminazis) se sintieron ofendidas.
2.- Existe una marcada doble moral en la sociedad mexicana.
3.- Esa doble moral se manifiesta en que, mientras las mujeres se ofenden porque les dicen que limpien la casa y se pongan a cocinar, adoran las canciones misóginas que las ponen peor que basura. Van a los conciertos, bailan, se contonean y disfrutan cuando Bad Bunny u otro cantante de rap, reggetón o corridos tumbados les dicen putas, les piden que muevan el culo o que se pongan en cuatro.
4.- No son conscientes de ello porque su mente ha sido hábilmente manipulada durante muchos años.
Y aquí nos enfrentamos a una triste realidad: La mente de las personas puede ser moldeada como plastilina sin que se percate de esa manipulación.
Durante siglos a la mujer se le enseñó y se le programó para ser sumisa. La religión la tuvo siempre sojuzgada al hombre.
De pronto, un movimiento filosófico se difunde por toda la faz de La Tierra para decirles que tienen los mismos derechos que los varones y que pueden hacer con su cuerpo lo que ellas quieran.
Y lo hicieron. El mundo de hoy es completamente distinto al de hace cincuenta años. Si una pareja -como en la película “Nuestros Tiempos” (Nuestros Tiempos, por su nombre original en español. Estrenada en 2025. Director: Chava Cartas. Protagonistas: Lucero, Benny Ibarra, Renata Vaca y Ofelia Medina)- viajara del pasado a la actualidad, se daría cuenta que vivimos en una realidad muy diferente.
¿Qué pensarían al ver a un niño “perreando” con su maestra en una fiesta escolar? ¿A adolescentes embarazadas? ¿A madres de familia diciéndoles a sus hijos pequeños: “¡Vámonos a la verga!?”
Es triste ver cómo han cambiado los tiempos y que el mundo que era antes ya no lo es más.
Hay una frase que me gusta mucho y que dice más o menos así: “No hay que preguntarnos qué mundo les vamos a dejar a nuestros hijos: mejor preguntémonos: ¿Qué hijos les vamos a dejar a este mundo?”
Son nuestro fruto. De alguna manera nosotros mismos hemos contribuido a los cambios que todos estamos viendo y que a las generaciones anteriores nos parecen aberraciones.
Por lo pronto, al “Chicharito” Hernández ya le han salido defensoras y el debate apenas inicia. Hay damitas que están subiendo videos donde dicen: “¡Yo sí le voy a cocinar a mi viejo!”, y para ellas esa acción les resulta completamente satisfactoria.
Yo más bien diría que hay que buscar puntos medios: Que el hombre también se ponga a cocinarle a la mujer, que ayude a barrer el piso o que sea amoroso y detallista con su pareja, y que todos, todas y todes respeten a sus semejantes. Verán que el mundo será un lugar mucho mejor para vivir.
Vámonos con el refrán estilo Pegaso: “A fin de que el calzo ejerza presión, necesariamente su consistencia debe ser idéntica al del propio madero”. (Para que la cuña apriete debe ser del mismo palo).

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