Por Pegaso
“Destrozan palenque y corren a Luis R. Conriquez por no cantar narcocorridos en la Feria del Caballo”.
Eso ocurría la noche del 11 de abril, en Texcoco.
La cónica del portal oficial de Fuerza Informativa Azteca (FIA) agrega: “La prohibición de cantar narcocorridos en distintas partes de México ya generó indignación entre los seguidores de uno de los exponentes más importantes del género musical, pues en la última presentación de Luis R Conriquez en la Feria del Caballo, en Texcoco, el cantante avisó que no cantaría ninguno de sus éxitos asociados con el narcotráfico y el público enloqueció”.
¿Ya ven? Se los he dicho desde hace mucho tiempo. A la gente le gustan los narcocorridos. Se identifican con la cultura del narco. Somos un narcopueblo.
¿Qué pasó después que Luis R Conriquez anunció que no cantaría algunas de sus canciones que hacen apología del delito y de siniestros personajes del crimen organizado, como JGL, La 701, El Gavilán y Siempre Pendientes? ¡La locura! La raza empezó a lanzar sillas, cervezas y todo lo que tenía a la mano.
Incluso en un video se ve a un niño arrojando un objeto hacia el ruedo, donde ya no se encontraban los músicos, sino solo la batería destrozada.
Y eso solo ha sido el último eslabón de la cadena.
Decíamos y comentábamos, por ejemplo, de la relación que tienen famosos cantantes, como Peso Pluma, Junior H y Natanael Cano, por citar algunos. Todos ellos en su momento fueron financiados para impulsar su carrera y ahora están al servicio del hampa.
No alcanzaría esta columna…, es más, no alcanzarían ni todos los volúmenes de la Enciclopedia Británica para enlistar a todos los famosos que están hasta las manitas.
Recientemente, en Jalisco, un grupo hasta entonces anodino llamado “Los Alegres del Barranco” hicieron homenaje en vivo y a todo color a uno de los capos más temidos del país, por lo cual, fueron sancionados por las autoridades de aquella entidad y boletinados en Estados Unidos por hacer apología al terrorismo.
Pero eso ni los despeinó. Una noticia reciente dice que “Los Alegres del Barranco” encabezan la lista de Billboard “LyricFind Global” con su corrido del 2021 “El del Palenque”, el mismo que interpretaron en esa ocasión, allá en el Auditorio de la Universidad de Guadalajara.
Es el gusto de la gente, ¿qué le vamos a hacer?
La polémica se ha abierto. Los fans quieren narcocorridos, corridos tumbados y corridos belicones porque eso los hace felices. Es como una droga.
Si se les quita, enloquecerán, como ya lo vimos en el palenque de Texcoco.
Pienso que el Gobierno Federal ya debe estar “pilas”. (Se asoma un lector a la columna y dice, con los ojos abiertos como plato: ¿Qué? ¿Pegaso utilizando la jerga del narco?)
Definitivamente hay que diferenciar de lo que es apología del delito y de delincuentes de lo que es claramente la descripción de una situación real que prevalece en el país, no de hoy, sino desde hace décadas.
Por ejemplo, hay quien considera que el corrido “Camelia la Tejana” de “Los Tigres del Norte” no es apología de delito, que prohibirles que la canten es como prohibirle a José Alfredo Jiménez que interprete “Llegó borracho el borracho”, porque hace apología del chupe.
Pero no se trata de eso. “Camelia la Tejana” o “El carro rojo” (nombre real), romantiza la vida de dos delincuentes y las hace deseables para muchas personas.
Y si eso no es hacer apología, no sé qué lo pueda ser.
Los corridos de pistoleros famosos, contrabando y traición y del Viejo Paulino solo fueron la punta del iceberg. Poco a poco el descaro fue creciendo hasta que, como en el Auditorio de la Universidad de Guadalajara, se hizo abiertamente un homenaje a una figura del crimen organizado como si fuese Miguel Hidalgo o Benito Juárez.
Nos quedamos con esa reflexión. Vámonos con el refrán estilo Pegaso: “En cuestión de apreciaciones se fracturan clasificaciones”. (En gustos se rompen género).
