Al Vuelo-Montaje

Al Vuelo-Montaje

Por Pegaso

Hice una encuesta rápida sobre el tema del acoso que sufrió la Presidenta Claudia Shikitibum ayer, saliendo de Palacio Nacional y el 99.99999% de las opiniones fueron en el sentido de que se trató de una farsa, un montaje, una cortina de humo para desviar la atención de los ciudadanos que estaba puesta en el homicidio de Carlos Manzo, alcalde de Uruapan.
Pero suponiendo que no lo fue, que se trata de un hecho espontáneo de un borracho o drogadicto, resulta asombroso darse cuenta de la cantidad de cosas que hizo en tan solo unos cuantos segundos, antes de que los avispados miembros del Estado Mayor Presidencial se dieran cuenta de los hechos:
1.- El sujeto rompió el perímetro de seguridad.
2.- El sujeto se arrimó hasta la Presidenta.
3.- El sujeto pasó la mano derecha por su cintura.
4.- El sujeto le arrimó el camarón.
5.- El sujeto le acarició una tecla.
6.- El sujeto le dio un picorete en el cuello.
7.- El sujeto intercambió algunas palabras con la mandataria, antes de que se acercara el Estado Mayor a quitárselo de encima.
Alguno de los encuestados dijo: “Pos así andaría de borracho que hasta se le hizo buenona la Presidenta”.
O tal vez sea pariente del exgobernador de Tamaulipas, Manuel Cumbiazos Lerma quien hace unos meses aseguró que la hermana de Cuauhtémoc Blanco no está violable.
Tal vez porque lo vieron como una anécdota chusca o porque no le dieron la importancia debida, al parecer los escoltas de la Shikitibum lo dejaron irse a curar la cruda a otra parte. Pero a la mañana siguiente, la propia Presidenta mencionó que había puesto una denuncia penal por acoso sexual en contra del botarate. Y horas después, la Policía Capitalina lo presentó en vivo y a todo color al señalar que había sido capturado y puesto tras las rejas.
Para mí, en lo personal, todo esto huele, y no precisamente a rosas.
Debo repetir que bajo ningún pretexto, aún así sea para ahorrarse tiempo en el traslado o para mejorar la percepción que se tiene, no se puede ni se debe poner en riesgo la figura presidencial.
No es Claudia Shikitibum la que está ahí, es la institución de la Presidencia de la Republica. No es la persona, es lo que representa.
Así, pues, insisto en que es necesario que a nivel legislativo se establezcan candados que impidan que el Jefe del Ejecutivo salga a la calle para darse baños de pueblo. Se supone que lo hizo en campaña. Se supone que ya no necesita de ese roce popular, ya que serán sus acciones la que determinen si fue buen o mal gobernante.
En todo momento, el Presidente debe estar protegido, porque con un magnicidio vienen las peores cosas para un país. Recordemos la crisis que ocurrió en Estados Unidos tras el asesinato de Kennedy, y hasta la fecha, aún no se sabe con certeza quién lo mandó desvivir (qué curiosa palabra eufemística para sustituir al término “matar”; todo porque no queremos que los algoritmos de Facebook nos castiguen).
Y bueno. Entonces, no sabremos a corto plazo si todo fue un montaje, farsa, comedia, chunga, engañifa, impostaje, simulación, embuste o mentira, ya que la versión oficial es que se trató de un solo tipo drogado o alcoholizado que llegó a manosear a la Presidenta.
Aunque la gente tiene otros datos, donde el tipo es un militar que fue usado para simular la escena y de esa manera, desviar la atención del público sobre el asesinato del alcalde michoacano.
Y nos vamos con el refrán estilo Pegaso: “Durante la fase nocturna la totalidad de los felinos son de pelaje oscuro”. (De noche todos los gatos son pardos).

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