Al Vuelo-Dictadores

Al Vuelo-Dictadores

Por Pegaso

Hay de dictadores a dictadores. La mayoría son más malos que la carne de puerco, pero de repente, pueden existir excepciones.
Por ejemplo, la Revolución Cubana terminó con el legado de corrupción, represión y desigualdad social durante el gobierno de Fulgencio Batista, el 1 de enero de 1959.
Fidel Castro entró con sus hombres, implementando una serie de reformas radicales, como la nacionalización de la economía y la reforma agraria.
Al alinearse con la Unión Soviética, se ganó el embargo comercial de Estados Unidos, y desde entonces, los cubanos han venido de más a menos, hasta prácticamente perder su libertad.
Venezuela, por otra parte, ha sufrido tres dictaduras: La de Juan Vicente Gómez, de 1908 a 1935, la de Marcos Pérez Jiménez, de 1952 a 1958 y la de Nicolás Maduro, de 2013 a la fecha.
En el lejano oriente, desde 1948 una sola familia estableció un régimen totalitario, con un control absoluto hacia la población mediante la represión política y el culto a la personalidad.
Hasta la fecha, el mofletudo y regordete de peinado ridículo, Kim Jong Un, encabeza un régimen de terror que se maneja con mano dura gracias a las acciones del ejército.
Vámonos a Rusia, donde Vladimir Putin encabeza un régimen conocido como “ruscismo” o “fascismo ruso”. Sin embargo, ese mismo régimen lo ha impulsado a ser una potencia mundial. En las últimas décadas se ha abierto al libre mercado y hoy su capital, Moscú, luce como cualquier otra gran ciudad, llena de rascacielos y tiendas exclusivas.
En China, la dictadura que encabeza Xin Ping Pong Se caracteriza por el control absoluto del Partido Comunista Chino desde 1949.
No obstante, ha sido en los últimos diez o quince años cuando el verdadero despegue económico de ese país le ha permitido, hoy por hoy, disputar el estatus de primera potencia mundial con Estados Unidos. China es el país más desarrollado del mundo, gracias a que ha sabido combinar un gobierno socialista con una economía globalizada.
Y si hablamos del país de los güeros, aunque presumen de una democracia fuerte, tras el triunfo de Donald Trump por segunda ocasión se ha instaurado un régimen de terror para millones de migrantes que trabajan, viven y tienen familia.
La violenta, racista y dura política antiinmigrante, fortificada en una ideología de extrema derecha, han dado lugar a que destacados periodistas y especialistas en el tema sientan que EEUU se está yendo por el caño.
En México, sin que oficialmente se considere que hay dictadura, se están dando todos los pasos para conseguirlo. El control absoluto de los tres poderes de gobierno, la persecución de la prensa no militante y el pacto con grupos criminales, son los pilares en que se sentará el futuro régimen totalitario.
En El Salvador, Nayib Bukele llegó al gobierno después de unas elecciones disputadas. Hizo una mega cárcel para meter a todos los delincuentes y ha logrado pacificar a su país.
Por supuesto, recibe críticas de sus detractores, quienes aseguran que viola derechos humanos y utiliza métodos más propios de una dictadura que de un régimen democrático.
Sin embargo, los hechos ahí están, y a mí me gustaría más vivir una “pax bukeliana” que un gobierno que nada más promete, pero que no consolida un reverendo carajo.
Y nos vamos con el refrán estilo Pegaso: “Es más valioso perverso por discernido que benevolente por escudriñar”. (Más vale malo por conocido que bueno por conocer).

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