Por Pegaso
Creo que los habitantes del norte del país debemos acostumbrando a usar la terminología que se utiliza en otros puntos del globo terráqueo para referirse a fenómenos meteorológicos como el que acabamos de ver en Reynosa.
El año pasado, en Valencia, España, ocurrió lo que se conoce como “dana” o “gota fría”.
Significa Depresión Aislada en Nueves Altos y se produce por el choque de una masa o bolsa de aire frío en las capas altas de la atmósfera con el aire caliente de la superficie terrestre, igualito que aquí.
Lo raro empezó desde semanas atrás, con unos ventarrones tremendos, como jamás se habían visto.
Posteriormente nos advirtieron de un temporal de lluvias extremas que se acercaban al sur de Estados Unidos y norte de México provocado precisamente por interacciones de aire frío y cálido en las capas atmosféricas altas.
El cambio climático ya es una realidad, y por ejemplo, desde años atrás se habla del “monzón mexicano”, cuando antes solo se refería a las lluvias intensas de temporada que afectan extensos territorios de La India.
Lo que ocurrió este 27 de marzo quedará para la historia como una de las desgracias más grandes que ha sufrido la ciudad de Reynosa. Hay quienes incluso sugieren que pudo haber sido más grave aún que el huracán “Behulla” de 1967, por la gran cantidad de inundaciones.
Otra palabrita que debemos aprendernos es “riada”. Una riada es una corriente imparable de agua provocada por lluvias intensas, semejante a ríos que corren por las calles, llevándose vehículos y todo tipo de objeto que está a su paso.
Pero lo que es típico de Reynosa no es la lluvia y sus efectos, sino que aquí todo tiende a politizarse.
Que si el Alcalde andaba en Londres en lugar de estar en Reynosa…
Bueno, yo sé que Protección Civil y Servicios primarios empezaron a actuar desde las primeras lluvias, durante la emergencia y después del temporal. Hubo miles de personas solicitando ayuda, pero no a todos se les pudo brindar. Fenómenos de este tipo nos afectan a todos y muchas veces debemos rascarnos con nuestras propias uñas.
O qué, ¿me van a criticar a mí porque andaba en la Ciudad de México ese día?
Yo, Pegaso, desde antes del trombón subí información a mis redes sociales y a mi portal Pegasso.net de que algo se acercaba, aunque no pensaba que habría de ser tan devastador.
Y a pesar de estar a más de mil kilómetros de distancia, estaba pendiente de dar la información más oportuna posible, como mis lectores podrán atestiguar.
Son momentos de darnos la mano y de ser solidarios. Reynosa nos necesita a todos porque ha demostrado ser una comunidad resiliente.