Estamos observando escenas apocalípticas en vivo y en directo. Los bombardeos constantes entre Israel e Irán son apenas una probadita de lo que vendrá, si potencias como Estados Unidos, Rusia y China deciden formar parte de este conflicto.
Se están usando armas terribles. Armas que jamás se habían ensayado en un escenario de combate real.
Dentro de pocas horas o días, casi con total certeza, también seremos testigos en vivo y a todo color del primer impacto de una bomba nuclear en alguna ciudad de oriente medio, llámese Tel Aviv o Teherán.
El espectáculo será aterrador. Un misil balístico que se dirige a gran velocidad hacia su blanco, la detonación a cierta distancia del suelo y luego, la formación de una columna de aire incandescente, el hongo característico, la onda de choque y el fuego que todo lo destruye a varios kilómetros a la redonda.
Habrá miles o cientos de miles de civiles muertos en los primeros segundos y la radiación provocará que los sobrevivientes deseen la muerte instantánea.
Y el mundo ya no será el de antes.
El ultimátum que dio el Presidente de los Estados Unidos a Irán preludia la intervención de las demás potencias.
Rusia y China ya anunciaron que apoyarán con armas y ejércitos a los iraníes, mientras que EEUU, Inglaterra y Francia pelearán a favor de Israel.
Ante este panorama, el mundo ve aterrado las posibles consecuencias de un conflicto global.
En cierta ocasión un reportero le preguntó a Albert Einstein sobre las armas que se utilizarían en la Tercera Guerra Mundial, y el científico judío respondió algo así: “No sabría decirlo. Pero lo que sí sé es que la Cuarta Guerra Mundial se peleará con palos y piedras”. (Fotos tomadas de las redes sociales).

