Al Vuelo-Apología

Al Vuelo-Apología

Por Pegaso

¡Qué bueno que la Presidenta Claudia Shikitibum lee mis modestos trabajos periodísticos y mejor aún, que haga eco de su contenido!

Apenas anoche vi un video donde anuncia, así, a tambor batiente, que tiene un proyecto fabuloso para cambiar la narrativa de la música mexicana y prohibir de plano que se compongan e interpreten los narcocorridos, corridos tumbados o corridos belicones.

La apología del delito ya no va a tener cabida en la música mexicana, dijo la mandataria y agregó que ya tiene bien adelantadas las pláticas sobre una alianza con productores, compositores y músicos, tanto de México como de Estados Unidos.

A la fecha, los más populares canciones, si es que se les puede llamar de esa manera, hacen apología de la violencia y de las drogas, y colocan a la mujer como simple objeto sexual.

Creo que al primero que se debe llamar a cuentas es al Tío Richie, propietario de TeleAztuerca y su conductora estrella, Paty Chamoy.

Paty Chamoy, junto con el finadito Daniel Ponzoño y Piedrito Sola le echaban muchas porras a la música que ellos mismos bautizaron como “el regional mexicano” y que después retomaron otros medios de comunicación nacionales para referirse a los berridos que avientan los cantantes sinaloenses, cuna del narcotráfico y de la subcultura de la violencia.

Recordemos que uno de los pioneros de ese tipo de “música” fue Valentín Elizalde, asesinado en Reynosa el 25 de noviembre del 2006, después de cantar en el palenque de la feria y dedicarle una canción a los enemigos de su patrón.

Fueron estos los que lo emboscaron y lo mandaron a saludar a Lucifer.

Hace pocas semanas, desde una avioneta se lanzaron panfletos a las calles de Culiacán donde se amenazaba de muerte a varios cantantes de música regional mexicana e influencers que los promueven.

Hay dos cosas que jamás debieron existir en la vida: El reggetón y los narcocorridos.

Escuchar ese tipo de ruidos nos produce alteraciones en el comportamiento y nos hace más violento.

Hay una teoría que ya se manejaba desde los antiguos griegos: El alma es como una armonía. Escucha música suave y armónica, y tu alma se sintonizará con ella. Por el contrario, escucha música discordante y violenta, y tendrás un alma igual de violenta.

Qué bueno que la Presidenta Claudia Shikitibum se va a aventar ese trompo a la uña, como se dice coloquialmente. Si lo logra, prometo ir hasta Palacio Nacional a besarle los juanetes.

Pero yo le diría que también prohíba otro tipo de productos, como las películas.

Reynosa particularmente se ha convertido en La Meca de las producciones sobre el género de la violencia y el narco.

Hay chorromil empresas que filman incluso en las calles y nos sacan cada pedo porque creemos que se trata de sujetos armados, cuando solo son actores con metralletas idénticas a las reales.

En uno de tantos metrajes iba yo con mi Pegasita en el auto. Volteamos por la calle Zaragoza, a la altura de la oficina de Relaciones Exteriores, cuando a lo lejos vimos a un grupo de sujetos y sujetas vestidos de negro, sombrero tejano y armados hasta los dientes.

-¡Dale para atrás!-me dijo la dueña de mis quincenas y yo como que quise ver una cámara grabando y entonces pensé que tal vez sería la filmación de una película.

Y así era. Estacioné mi carro a una cuadra y me acerqué para comprobarlo. Estaba el Director, el actor principal que creo que se llama “El Alacrán” -que está más feo que la Gilbertona- y otros actores de reparto, todos en sus posiciones esperando la cuenta regresiva para la acción.

Después, en una entrevista que le hice a otro productor, me confió que esas son las pelis que dejan buena cantidad de visitantes en las plataformas que usan para que la raza las pueda ver y “disfrutar”.

Por ejemplo-dijo. Si producimos una película de amor o de aventuras, el número de visitas no va a subir de 10 mil. Pero si hacemos una con temas de violencia y narcotráfico, el número de visitas es de varios millones.

¡Ahí está el detalle!, como dijo Cantinflas.

Termino mi colaboración de hoy con el refrán estilo Pegaso: “En el sitio en el cual dicta oficial de buque, jamás ordena subalterno”.  (Donde manda capitán, no gobierna marinero).

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