Por Pegaso
¡Los milagros existen!
Sí. Los milagros tecnológicos. Gracias a las benditas redes sociales, un don nadie, un nerd anodino puede convertirse en el influencer más poderoso del planeta.
Los vaquetones y buenos para nada ya no deben preocuparse. Tomen un teléfono celular y pónganse a decir pendejada y media en video, súbanlas a las redes, especialmente You Tube o Tik Tok, y verán que dentro de poco tiempo ya tendrán una orda de seguidores y empezarán a monetizar su contenido.
O como MrBeast (SeñorBestia, en español), que basa su contenido en retos absurdos donde los participantes ganan alguna lana a cambio de hacer el ridículo público.
Si alguien quiere seguir los pasos de MrBeast, deben tener primero la siguiente información: James Stephen “Jimmy” Donaldson, nacido en Wichita en 1988, un milennial, es una celebridad en Internet.
Su canal es el número uno en You Tuve con más de 386 millones de suscriptores, donde ha subido la friolera de 860 videos.
Pero no todo ha sido fácil para esta bestia de las redes sociales. Empezó a los 13 años con algunos sencillos videos, con escasas visitas.
No fue sino hasta que se le ocurrió (he ahí una de las claves: tener una idea brillante) publicar un video llamado “Contando hasta 100 mil”, el cual grabó durante 40 horas seguiditas y mucha gente se sumó para verlo hacer eso… contar.
Gracias a los chorromil millones de suscriptores y visitantes que tienen sus plataformas, ha creado todo un imperio comercial, pero además, varias fundaciones con las que hace llegar beneficios a gente que lo necesita.
Se supone que durante los concursos que organiza, patrocinados por conocidas marcas, entrega grandes sumas de dinero, pero hay sospechas de que muchos de ellos están arreglados y se trata de “patiños”, como los de los merolicos de feria.
Gracias a todas esas acciones benéficas que se derivan de simples concursos y retos, MrBeast se ha hecho de una fama mundial, y se codea con grandes figuras de la política, el espectáculo y el deporte.
Si usted es un ser anodino, si nadie lo quiere, si está más salado que una botana de Sabritas, no se coma un gusanito, como dice la canción. Mejor póngase a decir o hacer estupideces en alguna plataforma de Internet. Pierda la vergüenza, porque a final de cuentas, no come de eso.
Siéntese en el retrete y exprímase el coco para que se le ocurra algo original, algo que nadie había hecho antes o por lo menos, que no se ha explotado en las redes sociales.
Recuerdo, porque yo veía muchos videos de esos, que había un sujeto mexicano que se hacía llamar El Anticristo 2007.
Tenía una original forma de arrancar su contenido y de analizar temas que a otros pueden parecer triviales, pero que él hacía graciosos.
Uno de los primeros videos que vi fue el de “El Anticristo contra los Fanáticos Religiosos”, donde puso como lazo de cochino a todos los sectarios que pretenden imponer sus creencias.
Otros videos producidos por “El Anticristo 2007” fueron: Pipopes: La Escoria del País y del Mundo”, “El Anticristo contra los Emos”, “El reggeton y Daddy Yankee: La diarrea actual”, “Las caricaturas de hoy: El ataque de los mongoles” y muchos, muchos jocosos documentales más.
A ese tipo de producciones, con la voz distorsionadas, se les llamó “loquendo” y a sus productores, “loquenderos”. Una moda que afortunadamente ya pasó, pero que abrió paso para otro tipo de sujetos anormales, como MrBeast que solo sirven para subir basura a las redes. Basura que, está de más, es consumida a gran escala por cerebros ansiosos de esta nueva droga.
Nos quedamos con el refrán estilo Pegaso: “A pésima temporada, excelente fachada”. (Al mal tiempo, buena cara).
