Por Pegaso
De delincuentes, a delincuentes, unos quieren entrar a Estados Unidos en busca de mejores condiciones de vida, mientras otros ganan una campaña política y se instalan en la Casa Blanda durante cuatro años.
Los migrantes ilegales salen huyendo de sus países por violencia, por malos gobiernos y por falta de trabajo. Solo con pisar suelo norteamericano se vuelven criminales para el gobierno de ese país que los persigue, los mete en prisión y los deporta.
Lo que no están viendo los pelos de elote es que su propio Presidente es un delincuente redomado. Y eso no lo digo yo, Pegaso, sino sus propios tribunales.
Esto viene al caso porque mucha gente ha visto en la televisión mexicana un anuncio que pagó la Administración de El Trompas para desalentar a los migrantes que ya están de manera indocumentada en su territorio o que piensan cruzar sus fronteras.
El anuncio corre por cuenta de la Secretaria de Seguridad Nacional, Cristi Noem y dice lo siguiente: “Gracias, presidente Donald J. Trump por asegurar nuestra frontera y poner a Estados Unidos primero. El presidente Trump tiene un mensaje claro: Si estás aquí ilegalmente, te encontraremos y te deportaremos. No volverás jamás. Pero si te vas ahora, puedes tener la oportunidad de regresar y disfrutar de nuestra libertad y vivir el sueño americano. Si usted es un extranjero criminal que está considerando entrar ilegalmente a Estados Unidos, ni se le ocurra. Si viene aquí y viola nuestras leyes, le perseguiremos. Los delincuentes no son bienvenidos a Estados Unidos”.
Esta última frase deben colocarla en los más altos estrados del Capitolio, del monte Roshmore y de la Estatua de la Libertad, escrita con letras de oro y diamantes: Los delincuentes no son bienvenidos en Estados Unidos”.
¡What a fuck! Es decir, ¿El Trompas no es bienvenido a Estados Unidos? ¿O cómo está eso? Yo ya no entendí.
El Trompas delinquió y se le comprobó el delito. Debido a que fue electo como Presidente de Gringolandia, el proceso está congelado, pero ahí sigue. Es el primer delincuente Presidente en la historia del vecino país del norte.
Miren. El ahora mandatario constitucional enfrenta 34 cargos de delitos graves, desde falsificación de registros comerciales en primer grado, mentir ante un jurado sobre el pago de dinero a la actriz porno Sormy Daniels, a quien le daba sus arrimones en la modalidad de pago por evento, por alentar a una orda de vándalos que casi incineran el Capitolio, cuando hace cinco años su rival Joe Biden le ganó la elección, y muchos otros más.
Si alguien cercano a doña Cristi Noem está leyendo esta cojonuda colaboración, favor de hacerle notar su error al decir que “Los delincuentes no son bienvenidos a Estados Unidos”.
Díganle, por favor, que su propio Presidente es delincuente, así que por asociación, no es bienvenido en su propio país.
De los migrantes que han arribado a Gringolandia a lo largo de su historia, hay mucho que decir. Luego de la fundación de las 13 colonias por parte de ingleses rebeldes a la corona y franceses, llegaron los italianos, los irlandeses, los escoseses, los judíos, los alemanes, los ruros y los nórdicos; luego los chinos, coreanos, indúes y japoneses.
De los negros, en realidad no fue migración, sino que fueron traídos como mercancía, como mano de obra para que trabajaran en las plantaciones.
Caso diferente es el de los latinos, quienes vienen huyendo de sus países azotados por la inseguridad, la pobreza y los malos gobiernos, entre los cuales, desgraciadamente, podemos contar a millones de mexicanos.
La propia familia de El Trompas estuvo integrada por migrantes, y su abuelo fue un alemán, así que cuando hablan que van a expulsar a todos los que están de manera irregular, sin documentos, están escupiendo para el cielo.
Además, no nos hagamos tarugos, como decía “La Chimoltrufia”. Los verdaderos dueños de esas tierras, de Luisiana para arriba, eran propiedad de las etnias indígenas que ya la poblaban desde miles de años antes que llegaran los pelos de elote. Y el resto, pues nos pertenece a nosotros, los mexicanos, ya que nos robaron la mitad de nuestro territorio en aquella infausta intervención que concluyó con la firma del Tratado Guadalupe Hidalgo, en 1848.
Todo eso infórmenlo a doña Cristi, para que luego no ande diciendo que no se lo advertí.
Viene el refrán estilo Pegaso: “Observas la brizna en el órgano ocular extraño, sin embargo, no percibes el madero en el de tu persona”. (Ves la paja en el ojo ajeno y no ves la viga en el propio).