-Ante la indiferencia de autoridades, los diputados Alberto Lara y Byron Cavazos entran al quite y ayudan a la familia afectada.
Por Julio Manuel Loya Guzmán
Cd. Victoria, Tamaulipas. Una familia de la colonia Marte R. Gómez, de esta capital, perdió su hogar a causa de un incendio registrado la mañana del pasado 13 de marzo. Pese a la gravedad del siniestro, las autoridades brillaron por su ausencia, dejando a los damnificados a su suerte.
Fue gracias a la solidaridad ciudadana, a legisladores, y al respaldo de organizaciones civiles, que la tragedia no se convirtió en una historia de abandono total. El Sindicato Industrial Autónomo de Maquiladoras de Reynosa (SIAMAR), y los diputados locales Byron Cavazos y Alberto Lara, se movilizaron para levantar de nuevo la vivienda consumida por el fuego.
De acuerdo con testimonios de los vecinos, el incendio inició de forma repentina en la casa de la señora María Luisa, ubicada en la calle Olivo, esquina con Mezquite. Las llamas se propagaron con rapidez debido al tipo de material con el que estaba construida la vivienda y la crítica falta de agua potable en la zona, lo que complicó enormemente las labores para sofocar el fuego.
En el momento del siniestro, los integrantes de la familia se encontraban dentro del inmueble y no podían salir por sus propios medios. Afortunadamente, la rápida intervención de vecinos evitó una tragedia mayor.
Armados con cubetas, tinacos y cualquier recipiente disponible, intentaron contener las llamas durante más de una hora hasta la llegada tardía de los cuerpos de emergencia.
A pesar de los esfuerzos por obtener apoyo institucional, ninguna dependencia estatal ni municipal respondió al llamado de auxilio, y ante esa omisión, SIAMAR tomó la iniciativa y, junto con voluntarios locales, acudió para brindar apoyo directo a la familia afectada.
La reconstrucción del hogar fue posible también gracias a los recursos gestionados por los diputados Byron Cavazos y Alberto Lara Bazaldúa, quienes se sumaron a la causa con materiales de construcción y mano de obra, demostrando que la ayuda sí es posible cuando existe voluntad.
Hoy, semanas después del desastre, María Luisa y su familia cuentan con un techo digno que les permite comenzar de nuevo. El caso evidenció no solo la vulnerabilidad en la que viven muchas familias de Ciudad Victoria, sino también la fuerza de la comunidad cuando las instituciones fallan.











