Al Vuelo-Cumbiazos

Al Vuelo-Cumbiazos

Por Pegaso

El exgobernador de Tamaulipas, Manuel Cavazos Lerma, a quien la raza le puso el mote de “Cumbiazos” Lerma, fue separado de su cargo de Secretario de Operación Política del Comité Ejecutivo Nacional del PRI por un desliz o por una traición del subconsciente.

Dijo el misógino y decrépito galancete, al referirse al caso del diputado Cuahutémoc Blanco, actualmente en proceso de desafuero tras ser acusado por intento de violación a una media hermana, dijo que ésta “no está muy violable, que digamos”.

Esto lo dijo durante una rueda de prensa que se realizó en Ciudad Victoria. La respuesta del dirigente nacional del PRI, “Alito” Moreno y de todo el mundillo político fue unánime: ¡Fuera el sombrerudo! ¡Fuera el misógino!

Para quienes no recuerdan a “Cumbiazos” Lerma, hay que recordar que gobernó Tamaulipas de 1993 a 1999.

Su gobierno fue muy cotorro, dicharachero y chimengüenchón. Cuando iba de gira a alguna ciudad o ejido, inmediatamente a su llegada el personal encargado de la avanzada le ponían aquella cumbia de campaña que decía: “Bienvenido a la familia, bienvenido a este lugar. Bienvenido, Manuel Cavazos Lerma, tu destino es regresar”, o su chotís favorito, “El Tamaulipeco”.

Llegaba con su guaripa y agarraba a la chamaca más sabrosona que había entre el gentío, para ponerse a bailar animadamente.

Había incluso mamás que le ponían a sus hijas para que bailaran con él.

“Le mete a una la rodilla hasta el burro”-dijo una vez una periodista a la que le tocó hacerle los honores al chaparrín ex mandatario.

Casi siempre arribaba al lugar donde realizaría el evento a bordo de su suburban. Yo nunca pudo presenciarlo, pero decían que siempre traía una pirámide en la parte interna del techo donde “recargaba” baterías, porque era muy creyente de lo esotérico.

También decían que esa suburban fue su nidito de amor, porque ahí le llevaban jovencitas a veces, menores de edad, a las que prometía el cielo y la luna con tal de obtener sus favores. (Bueno, se los ofrecía a las mamás, no a las chicas).

Tenía mucha labia. Una vez, durante aquel “error del 94” cuando el malévolo Carlos Salinas De Gortari nos dejó un país en bancarrota, Cavazos Lerma se aventó un discurso lleno de enjundia, para tratar de minimizar el pánico que se había generado en el país a consecuencia de la recesión económica: “Había una vez en la india un sabio-decía. Este sabio estaba meditando debajo de un árbol cuando pasó el fantasma de la peste, rumbo al pueblo.

El sabio le preguntó: “Peste, ¿a dónde vas?

Y La Peste le contestó: “Voy al pueblo a matar a 100 personas”.

Por la tarde, vio venir a una gran cantidad de gente que huía del pueblo, unos a pie, otros en carreta, llevando sus pertenencias.

El sabio les preguntó: “¿Qué pasa? ¿Por qué van huyendo?

Y uno de ellos le contestó: “La peste llegó al pueblo y está matando a miles de personas”.

El sabio se quedó meditando.

Por la noche pasó La Peste de regreso y entonces, el sabio le preguntó: “Tú me dijiste que matarías a 100, pero son miles los que has matado”.

Y La Peste le contestó: “Yo solo maté a 100, el resto los mató el miedo”.

Ignoro si la fábula de “Cumbiazos” Lerma tuvo algo que ver, pero en los años siguientes el país se recuperó y los mexicanos empezamos de cero, durante el grisáseo gobierno de Ernesto Zedillo, quien dejó el poder en manos del botudo Chente Fox y el resto es historia.

Volviendo a la actualidad, hay quienes están exigiendo que se retire el nombre de Manuel Cavazos Lerma a las colonias, calles y plazas del Estado.

Aquí, en Reynosa, hay una colonia y varias calles que fueron “honradas”, y una de las avenidas principales, la Rosalinda Guerrero, lleva el nombre de su sufrida y abnegada esposa.

Yo pediría, si a esas vamos, que también se cambien de nomenclatura las calles y colonias que llevan el nombre de siniestros personajes, como Libramiento Echeverría, colonia López Portillo, calle Juan N. Guerra y otras.

Incluso hay ciudades como Díaz Ordaz donde sus propios habitantes y autoridades están gestionando para que se cambie el nombrecito.

Termino mi colaboración de hoy con el refrán estilo Pegaso: “¿Hacia qué lugar te diriges que obtengas plusvalía?” (¿A dónde vas, que más valgas?)

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