Por Pegaso
Yo ni debería ya tocar el tema de los terraplanistas por mera salud mental. Pero resulta que el fenómeno está ahí y no podemos ignorarlo.
La creencia de que La Tierra es plana crece, y crece, y crece. Lo vemos en las redes sociales, donde sujetos que uno puede suponer que tienen más de un gramo de materia gris en el cerebro pretenden demostrar con pruebas empíricas que sus creencias o suposiciones son ciertas.
No sé si mis dos o tres lectores están familiarizados con esa idea, pero si alguna vez han visto un video de alguien usando un rayo láser para demostrar que no hay curvatura en el mar, o tomando fotos a distancia para hacer ver que los barcos no parecen hundirse en el mar, como dicen los cánones de La Tierra esférica, van a saber de lo que estoy hablando.
Es el regreso al medioevo. Al oscurantismo.
Han pasado miles de años desde que Eratóstenes pudo medir el radio de nuestro planeta con simplemente dos varas y el uso de la Trigonometría.
El avance de la ciencia nos ha demostrado que nuestro mundo tiene forma de un geoide o una esfera achatada con elevaciones y depresiones. Las elevaciones son las montañas y en las depresiones suele acumularse el agua y a eso le llamamos mares u océanos.
Para los terraplanistas, sin embargo, todo ese conocimiento no es más que un engaño eternizado por los gobiernos para engañarnos.
Dicen que en realidad, La Tierra es plana, bordeada por una barrera infranqueable de hielo y cubierta por un domo transparente del que nadie puede entrar y salir.
Que El Sol y la Luna están dentro de ese domo y se mueven de un lado a otro, produciendo lo que conocemos como el día y la noche.
Es tanta la locura que hasta ya cuentan con sus propios Galileos, Copérnicos y Neutons; pioneros en ese tipo de pensamientos que se oponen a todo lo que nos han enseñado en la escuela y que se supone ya habíamos superado desde hace mucho, mucho tiempo.
Entonces, ¿por qué hay gente que sigue pensando en que nuestro planeta es plano en lugar de redondo?
Hay quienes argumentan que la misma palabra lo dice: Planeta, o sea, plano. Que si fuera redondo se llamaría “redondeta”, pero eso, como sabemos, es una necedad que ni siquiera vale la pena aclarar.
A nuestro nivel, si quisiéramos medir la curvatura terrestre, nos resultaría sumamente difícil. Imaginemos a una bacteria que quiera medir la curvatura de una pelota de basquetbol.
Me gusta poner como ejemplo más cercano el de las pulgas “perroplanistas”: Una pulga que, estando en el lomo de un perro le dice a otra: “Yo pienso que nuestro perro es plano porque de aquí no se ve su curvatura”.
Para verdaderamente apreciar la esfericidad de La Tierra necesitaríamos elevarnos a varios kilómetros del suelo. Los aviones suelen volar a 10 mil metros de altura, pero ni aún a esa distancia se alcanza a definir la curvatura. Se requeriría subir más, el doble o el triple.
Y entonces, si tomamos fotos, siempre los terraplanistas van a decir: “Ahhh, es que el lente de la cámara distorsiona la línea recta”.
¿Ven por qué no quería entrar en el tema? Aún así, si me está leyendo algún terraplanista o alguien conoce a uno, yo le pediría que me explicara el comportamiento que tienen las catenarias en el modelo de La Tierra Esférica y por qué no funcionan igual en el modelo de La Tierra plana.
Termino mi colaboración de hoy con el refrán estilo Pegaso:”Nos trasladamos hacia la parte posterior, de manera similar a los crustáceos”. (Vamos para atrás, como el cangrejo).